Canteranno i galli a voce alta
al sorgere dell’alba
all’oriente del paese.
Lì si leverà il sole ridente
con il frastuono degli uccelli canterini
e ci saranno scintille luminose
nel cono dei vulcani lontani.
Camminerà il sole, lentamente,
da oriente a occidente
illuminando allo stesso modo
da nord a sud
sebbene con maggior chiarore al centro
che è l’ombelico del mondo.
Queste sono le cinque direzioni
secondo gli astronomi maya:
Il rosso dell’alba del giorno (oriente),
il nero della sera agonizzante (occidente),
il bianco del gelido nord
il giallo potere del sud
e al centro del mondo
il verdeazzurro intenso
del tropico.
È bello vedere il mondo
con le sue cinque direzioni
attraverso il prisma maya.
Potranno impararlo gli occidentali
che vedono il mondo solo in bianco e nero:
Oriente e Occidente?
Cosa importa agli uccelli
dal canto melodioso
della corse alle armi
fra Oriente e Occidente?
Cosa sanno i cervi che spiccano salti,
simboli della buona sorte,
degli odi diplomatici
tra Oriente e Occidente?
Cosa sanno i neonati
dei missili e delle testate nucleari
la criminale Star War
tra Oriente e Occidente?
Io credo all’uccello di luce
nel centro dell’America
che saluta il magnifico sorgere del giorno
ad oriente
e che sa accomiatarsi nella sera buia
dell’occidente.
Credo all’uccello di luce del tropico
che insegue il suo ponte migratorio
da nord a sud,
e poi, da sud a nord
quando arriva il freddo
a mordere
con i suoi gelidi artigli bianchi.
Credo oggi, più che mai,
nei cinque colori sacri
che governano le direzioni del mondo
come lo crederono gli antichi Maya.
Quando impareremo, così, a vedere il mondo
come esseri umani e fratelli,
scopriremo che la vita è molto bella
come un fiore dischiuso
che non sboccerà una seconda volta.
Cantarán los gallos sonoramente
cuando la alborada se asome
por el oriente del país.
Allí se levantará el sol sonriente
con el bullicio de las aves canoras
y habrán destellos luminosos
en el cono de los volcanos lejanos.
Caminará el sol, lentamente,
de oriente a occidente
y alumbrará de igual forma
de norte a sur
aunque con más claridad en el centro
que es el ombligo del mundo.
Estas son la cinco direcciones
según los astrónomos mayas:
El rojo amanecer del día (oriente),
el negro atardecer agónico (occidente),
el blanco del norte friolento
el poder amarillo en el sur
y en el centro del mundo
el verdeazul intenso
del trópico.
Hermoso, es, ver el mundo
con su scinco direcciones
a través del prisma Maya.
¿Aprenderán ésto los occidentales
que ven el mundo sólo en blanco y negro:
Oriente y Occidente?
¿Qué le importan a las aves
de melodioso canto
las carreras armamentistas
entre Oriente y Occidente?
¿Qué saben los venados saltadores,
simbolos de la buena suerte,
de los odios diplomáticos
enrte Oriente y Occidente?
¿Qué saben los niños recién nacidos
de los misiles y artefactos nucleares;
el Star Wars criminal
entre Oriente y Occidente?
Yo creo en el ave luz
en el centro de América
que saluda el bello amanecer del día
en el oriente
y que sabe de spedir la tarde obscura
del occidente.
Creo en el ave luz del trópico
que sigue su puente migratorio
de norte a sur,
y luego, de sur a norte
cuando llega el frío
dando dentelladas
con sus helados colmillos blancos.
Creo hoy, más que nunca,
en lo scinco colores sagrato
que rigen las direcciones del mundo
como lo creyeron los antiguos Mayas.
Cuando aprendamos, así, a ver el mundo
como seres humanos y hermanos;
descubriremos que la vida es muy bella
como una flor abierta
que no retoñará dos veces.