La notte è con me.
Dopo un giorno dal cielo torbido e ragnato
ho guardato d’un tratto alla finestra
e ho visto il nero incendio.
Come è irreale e sorprendente a volte ciò che conosciamo.
In quale modo strano
di colpo siamo vivi.
In quale modo subdolo e pacato
di colpo siamo morti.
Qualcuno che in quest’ombra mi denunci,
qualcuno che in questa notte mi difenda,
qualcuno che mi faccia da garante,
qualcuno che mi pieghi alla sua impotenza,
qualcuno, un volto, ma subito.
La noche está conmigo.
Después de un día revuelto y agujereado
he mirado de pronto a la ventana
y he visto el negro incendio.
Qué irreal, qué sorprendente es a veces lo conocido.
De qué extraña manera
de pronto estamos vivos.
De qué manera solapada y plácida
de pronto estamos muertos.
Alguien que me delate en esta sombra,
alguien que me defienda en esta noche,
alguien que salga fiador por mí,
alguien que me sujete a su impotencia,
alguien, un rostro, pero ahora.