Restare qui come l’arte.
Senza che, affinché, perché,
a veder muovere l’aria.
Come nelle tele di Velázquez,
la pennellata, il pennello,
adagiato, invisibile
il suo fare vertiginoso.
Che rosa! Che tramonto!
Le dimore di Vermeer
dove la luce s’è addormentata
e si posa ancora sul vestito
di quella donna
che, assorta, non è invecchiata!
Resta qui come l’arte.
E che nessuno di muova.
Cheta la luna, e il sole.
Immobile la luce, e l’aria.
(da: Carlos Bousoño, Antologia poetica, Pagliai Polistampa, Livorno, 2002).
Estar aquí come el arte.
Sin qué, para qué, por qué,
viendo que se mueve el aire.
Así en lienzos de Velázquez,
la pincelada, el pincel,
hecho reposo, invisible
su vertiginoso hacer.
¡Qué rosa! ¡Qué atardecer!
¡Las estancias de Vermeer
donde la luz se ha dormido
y aún se posa en el vestido
mismo de aquella mujer
que, absorta, no ha envejecido !
Estar aquí come el arte.
Y que no se mueva nadie.
Quieta la luna, y el sol.
Inmóvíl la luz, y el aire.